domingo, octubre 26, 2008

Cicatrices

Hoy es uno de esos días que hace tanto no lograba tener.
Hoy parece ser un buen día para mirarse el ombligo.


Por fin un domingo para observar el techo, para arreglar mis uñas, exfoliar el cuerpo, hac
er un masaje capilar, para caminar descalza el día entero. Un día para mí.

En eso estoy cuando veo unas sutiles marcas en mis piernas, ya ni recuerdo de dónde vienen, de las salidas al cerro lo más probable, miro mi rodilla y ahí está esa casi imperceptible cicatriz que quedó al caer mientras jugaba en la pileta del colegio de mi primo, con suerte tenía 10 años. Me observo al espejo y en mi frente hay una marca pequeña... "Peste cristal", recordé. Levanto la polera y sobre mi estómago, permanece la otra huella de esos días llenas de granos, con la pieza a oscuras y más enferma de las semanas de aburrimiento que de la peste misma. Volteo mi mano y está esa cicatriz que odié tanto cuando niña y que quedó después que la esquina del fierro de las cortinas fuera a dar directo a mi mano, recordé cómo sangraba sin parar y el rostro asustado de mi padre al ver el desastre que hice en un par de minutos.

Cicatrices... marcas que quedan en nuestra piel producto de algún evento en particular.

Con el tiempo, he descubierto que adoro esas sutiles cicatrices. Tengo una debilidad particular por aquellas marcas pequeñas, marcas con historias. Aquellas productos de los juegos de niños son mis preferidas.

Me encanta observar las pequeñas cicatrices de un "Él", mirarlas con detención, palparlas, contarlas, memorizarlas, preguntar una y otra vez qué historia guarda cada una de ellas. Con el tiempo, algunas se tornan mis favoritas y otras, prefiero no recordarlas, omitirlas... simplemente olvidar que existen.

Algo similar sucede con los tatuajes, me gustan sus historias, sus momentos, sus significados, aún cuando lo más probable es que al día siguient
e los olvide, pero me encanta volver a descubrirlos.

En eso estoy, recordando marcas, cicatrices y tatuajes que han quedado guardados en la memoria y en la piel, y no puedo evitar pensar en aquellas otras que llevo dentro, aquellas que no se ven pero que sin duda han quedado plasmadas en mi propia historia.

viernes, octubre 10, 2008

Yo también he aprendido

Hace unos días me llegó un spam (como es bastante habitual).
Frases que dan vueltas por el ciberespacio pero que hoy me detuve a analizar.

He aprendido....que nadie es perfecto hasta que no te enamoras..
(He aprendido que la imperfección es parte del amor)

He aprendido que la vida es dura pero yo lo soy más!!
(He aprendido que con terquedad siempre se puede dar un paso más)

He aprendido que las oportunidades no se pierden nunca;
las que tú dejas marchar...las aprovecha otro.
(He aprendido...que es cierto y que lo importante es discernir si es la oportunidad que quiero)

He aprendido que cuando siembras rencor y amargura la felicidad se va a otra parte.
(He aprendido que el rencor y la amargura sólo se cosecha para sí mismo)

He aprendido que necesitaría usar siempre palabras buenas...
porque mañana quizás se tienen que tragar..
(He aprendido que... a veces... dentro de ciertos límites de respeto, es sano y completamente válido un par de malas palabras y así aliviar la carga)

He aprendido que una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
(He aprendido que una sonrisa debiera ser el comienzo y el final de cada día, sin importar lo que ocurra en el transcurso de éste)

He aprendido que no puedo elegir cómo me siento...
pero siempre puedo hacer algo.
(He aprendido que los amigos son un bien maravilloso para componer el día)

He aprendido que cuando tu hijo recién nacido tiene tu dedo en su puñito...
te tiene enganchado a la vida.
(Es algo que aún no he aprendido... ya vendrá... ya vendrá )

He aprendido que todos quieren vivir en la cima de la montaña...
pero toda la felicidad pasa mientras la escalas.
(Lo he aprendido literalmente, emocionalmente, profesionalmente... y así cada día se disfruta como un desafío más)

He aprendido que se necesita gozar del viaje y no pensar sólo en la meta.
(Lo he aprendido y a diario ansío aplicarlo a diario)

He aprendido que es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias...
cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida.
(Definitivamente... he aprendido)

He aprendido que cuanto menos tiempo derrocho...
más cosas hago.
(Y he aprendido que también debe existir un tiempo valioso de respirar profundo y solamente mirarse el ombligo)