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jueves, noviembre 21, 2019

Los traumas de Chile

Ayer en la tarde noche estábamos esperando al maestro que nos cotizaría un arreglo en la casa. Nos avisó que tardaría 45 minutos en llegar así que fuimos al negocio de la esquina, compramos un helado, pan, queso y jamón. A unos metros había gente participando de una intervención político cultural fuera de la Iglesia de Cerro Alegre, Valparaíso. Nos sentamos al costado a mirar mientras hacíamos el sanguchito y compartíamos el helado. 

La gente bailaba, cantaba, saltaba al son del mítico "el que no baila es paco", se saludaba y se abrazaba. Un alguien con un perro hermoso, contestaba cordial y alegremente preguntas sobre su perro a quien se acercase a acariciarlo. 

En ese contexto, una señora más bien de edad, muy asustada, se acercó a nosotros y nos preguntó qué ocurría, le conté: Es una intervención pero acaba de terminar, ya se van. Me dijo: "¡Ay yaaaa! Es que vengo del centro y está horrible, me puse a llorar y le dije a una amiga que saliéramos rápido como pudiéramos. Por fin llego acá y me encuentro con esto. Aún tiemblo. Perdónenme por molestarlos es que yo viví el 73 y hoy tengo tanto miedo todo el tiempo. Por favor, perdónenme por molestarlos, perdón".

Han pasado más de 40 años del Golpe de Estado de 1973 pero debemos entender que para muchos, las manifestaciones y represiones de hoy es volver a vivir ese día. ¿Cómo no? Si aún se siguen violando derechos humanos. Para algunos el recuerdo les da más coraje y vuelven a las calles, para otros, es el miedo derivado de un trauma permanente a partir de aquellos días. También hay quienes emanan el resurgimiento del odio, en una u otra dirección política. Fue hace tanto tiempo y aunque mi postura es que los debates deben evolucionar para estar a la altura de un Chile más justo, también creo que debemos tener presente que quienes vivieron el '73 también son parte de Chile, con sus miedos, con sus fracasos, con sus victorias, con sus dolores, con sus odios y eso tenemos que recordarlo en las calles, en las conversaciones, en los debates y hasta en cómo nos expresamos en las queridas y odiadas redes sociales. 

Dejo el informe de Amnistía Internacional porque para terminar con la injusticia y el abuso es necesario que escuchemos y tomemos consciencia de la gravedad de los hechos. No queremos tener miedo ni en 1 ni en 10 ni en 40 años más. No existe el contexto para la tortura, las violaciones y los asesinatos.



sábado, noviembre 16, 2019

Ese Chile que queremos

¿Saben que Chile tiene, más o menos, 19 millones de habitantes? 19 millones de almas, 19 millones de pensamientos, 19 millones de sueños, 19 millones de dolores. En estos días de tanto despertar quisiera abordar también este registro. 

Hoy que estamos en una discusión sobre nueva Constitución, pensiones dignas, educación de calidad, sueldos éticos, salud, y tantos más ¿Qué pasaría si hacemos 19 millones de consultas individuales sobre para qué sirve una constitución, qué es la dignidad, qué es la calidad, qué es la ética y qué es la salud? Creo que sería más fácil volver a hacer la marcha más grande de Chile que llegar a rápido consenso en cada uno de estos conceptos, ya sea consenso con 2/3, con 3/5 o con la proporcionalidad que se nos ocurra. 

Exactamente ESTE es mi punto hoy. Este es el cristal con que hoy miro este momento en el que estamos detenidos, resistiendo, por un lado o por el otro, en una dirección o en la otra, la realidad es que todo Chile está resistiendo de alguna manera y la realidad es que Chile somos todos, de extremo a extremo, y no me refiero sólo al geográfico.

¿Qué Chile queremos? Es la gran interrogante hoy y no estamos realizando, ni mucho menos respondiendo, lo suficientemente fuerte y claro. 

"El Chile que queremos" está tan manoseado pero con tan poca claridad que me asusta mucho más que la proporcionalidad en el "Acuerdo de La Paz".

¡No podemos esperar a que los políticos vengan a decirnos cuál es el Chile que queremos!
¡No podemos seguir diciendo que pensiones dignas, educación de calidad y acceso a la salud es el Chile que queremos! No si no acordamos qué es dignidad, calidad, ética y salud. Y la lista podemos continuarla. 

Es hora de hacernos responsables de todo lo iniciado. 

2/3 en los acuerdos de la nueva Constitución, ok, complejo. Por otro lado, me imagino que una Constitución con 2/3 de aprobación en su contenido debiese ser una Carta Fundamental sólida. O sea, tiene, como máximo, sólo 1/3 de no aprobación en su contenido. Me parece perfecto para ser el documento que contiene los fundamentos de una nación. ¿Es utópico? No lo sé pero creo que para lograr avances reales hay que trabajar sobre ideales sólidos, así se vean utópicos. Es una dirección.

Estamos inmersos en un estallido social que si bien reclama pensiones, educación, salud, la base de este descontento es sobre todo por un sistema basado en un capitalismo utilizado para el abuso del poder, el robo sistemático por parte de grupos privilegiados y la aniquilación del ser humano y su identidad. ¿Es el capitalismo en sí? No lo creo. Para mí, son las personas, individuales o colectivas, las que han tomados acciones y decisiones usando este modelo y nosotros, la ciudadanía, la que hemos permitido dejarlos actuar a sus anchas siendo cómplices de nuestro propio exterminio de humanidad.

¿Qué haremos ahora? ¿Qué haremos este abril 2020? ¿Qué haremos desde hoy hasta abril 2020? ¿Dejaremos que nuestros políticos y dirigentes tomen nuevamente decisiones sin nuestra intervención? 
¿Estaremos al margen de la definición de "el Chile que queremos" permitiendo que políticos y representantes constituyentes tomen decisiones sobre ese Chile que no hemos conversado como nación?

Estamos en un punto en que tenemos que entender que lo obvio no lo es y que los detalles van a marcar el destino del país. ¿Queremos realmente cambios o sólo unas pequeñas mejoras? ¿Asumiremos la responsabilidad individual y colectiva en la historia que se está escribiendo, en el futuro de las próximas generaciones?

Es hoy cuando tenemos que discutir si queremos un país donde desarrollemos seres dignos y éticos porque si es así tenemos que incorporar estas cualidades tan idóneas en todos los niveles de educación. No sirve de mucho la clase de ética cuando ya estafaste a todo el país. Entonces, es ahora cuando tenemos que definir cómo haremos que ese individuo tenga cubiertas sus necesidad básicas de vivienda, salud y alimentación para que pueda desarrollarse y evolucionar como persona. 

Es ahora cuando debemos decidir si la salud en este nuevo Chile tendrá como prioridad el acceso a ella o será igual de relevante la prevención y el autocuidado. Parece un juego de palabras sin importancia pero las diferencias pueden ser un destino-país u otro. 

¿Incentivaremos el negocio de laboratorios y medicinas o incentivaremos el desarrollo de las empresas que nos aseguren una alimentación sana que disminuya el número de ciudadanos enfermos en todas las etapas de vida? ¿Subsidiaremos fármacos o alimentos de calidad? ¿O ambos? 

¿Qué haremos?¿Qué queremos?

Si no nos detenemos a reflexionar en serio AHORA, a informarnos, a investigar, a escuchar y debatir hoy, me temo mucho que nos pasarán gato por liebre en 5 meses más y así como muchos votaron por la derecha porque si no lo hacían "no habría trabajo", votaran nuevamente por marketing del estilo "Así seremos Venezuela" o "la Constitución no subirá la pensión".  No estamos en tiempos para dejarnos llevar así. 

Si vamos por separados humanistas, ecologistas, indígenas, feministas, LGTB, estudiantes, pymes, funcionarios de salud, etc. no lograremos ese 2/3 que necesitamos, no sólo para "ganar" una iniciativa, sino para respaldar una decisión país.

Tenemos 5 meses para conversar y decidir ¿Qué Chile queremos? Sólo así podremos votar este abril 2020 unidos y sólidos. 

Cuando votemos si queremos o no una nueva Constitución y quiénes queremos que la escriban ya tenemos que estar lo suficientemente claros y no comenzar a pensarlo ese día o el día de las votaciones de los representantes. Si lo vemos así, cinco meses no es tanto tiempo.

Si estamos exigiendo cambios reales, tomemos responsabilidades reales AHORA y, mientras eso sucede, entendamos que hoy sólo podemos aspirar a mejoras dentro del sistema político y económico que tenemos porque la dignidad hoy está definida con otros estándares y esos los contiene la Constitución actual. Podemos tener mejoras, sí y debemos exigirlas pero difícilmente tendremos cambios reales y no por eso podemos perder el foco del cambio de fondo. Nos toca caminar y mascar chicle a la vez.

Si está dispuesto a regalarse dos horas en pos de su evolución personal y colectiva, le dejo esta inspiradora charla que todo tiene que ver con este momento. 
(yo me salté la introducción musical en mi ansiedad del contenido. Si ud lo hace también, le recomiendo volver el video a ese instante una vez terminada la charla para no perder ese regalo al alma).







lunes, mayo 14, 2007

Hoy desarmaron el taller...

El blog lo tengo botado. No me gusta verlo así pero no tengo tiempo de actualizar ni arreglar las plantillas, apenas puedo ir a visitarlos de vez en cuando, pero espero que cuado arregle mi computador...algún día...sea más sencillo retomar esta vida bloguera. De momento, me traje para acá una historia de mi otro blog. Lo traje porque hace poco recordamos cuando vivimos este momento y me emocioné. Sentí que esta historia estaba como guardada en el baúl de los recuerdos así que fui a desempolvarla. Es bueno estar conciente de la historia, de la propia historia y así valorar el esfuerzo de cada día. Sí porque dos años después, él sigue luchando, día a día, con un entusiasmo y una alegría que contagia... Y de paso, dejo mis saludos y toda la fuerza a Marcel porque si después de un accidente vascular mi abuelo, con sus ochenta y muchos encima, ha logrado salir adelante, entonces para un gozador como él todo será la sumatoria de muchos éxitos y logros.

Hoy desarmaron el taller...

"Completo. Sólo quedan algunas tablas y el esqueleto de "la pieza de arriba". A poco más de un año del accidente vascular, el 16 de septiembre del año pasado, mi Tata aún sigue en cama, se levanta de vez en cuando y hace sus ejercicios para recuperar la movilidad de su brazo y pierna derecha, pero sabe que no volverá a trabajar en su taller. Aún si recuperara toda su movilidad, a sus 80 y tantos años la deficiencia en su corazón y en sus pulmones no lo permitirían. Imposible, no puede hacer fuerza...no sólo porque el médico lo prohiba sino porque no puede.

Vino mi tío, mecánico, y se llevo algunas cosas...mi Tatá ya no volverá a soldar, ni hacer rejas de fierro, ni nuestras repisas de madera. Además, desmantelaron por completo la "la pieza de arriba", esa que estaba sobre el taller, donde hace más de 20 años vivieron mis tíos, con el Fonchy, mi primo; bueno, antes mis papás, pero de eso no tengo recuerdos, era una recién nacida. Esa donde para mí era un mundo aparte, distinto, donde estaba mi tía regalona, la Carmen Cecilia, donde era libre porque la Cuchi-cuchi hacía lo que quería. Esa que cuando se fue se convirtió en el lugar donde quedaba todo lo que ya no se ocupara en la casa, donde quedaban los tesoros que yo descubriría cuando me escondía para entrar ahí antes que mi abuela comenzara a gritar que para dónde voy, que eso esta sucio, que las arañas, que para qué estoy subiendo... Cómo no iba a subir si era mi barco cuando era pirata, y luego mi pequeña embarcación que navegaba por ríos llenos de cocodrilos...del 3º escalón para arriba no me comían. Además se convertía en un lujoso Hotel cuando me aburría de navegar o simplemente los escalones servían para autodesafiarme: saltar del primer escalón era fácil, del segundo y el tercero también, del cuarto se ponía emocionante, ya en el quinto había que contar "a la una, a las dos y a las...tres!" , Uy! cuando salté del 6º me dolierón los pies y del 7º creo que lo logré sólo un par de veces, del último, cuando me tiré el dolor fue suficiente para no hacerlo más. ¡También fue mi microbus! Hasta que aparecía mi Tata. Ahí me quedaba sentada, en el cuarto escalón, lo suficientemente cerca como para ver lo que hacía y lo suficientemente lejos para no interferir en su trabajo.

Primero entraba, siempre abstraído en su trabajo, miraba el mesón y comenzaba a buscar sus materiales, luego salía y volvía a entrar. Tenemos los materiales, ahora a aserruchar, o martillar, o doblar los fierros...cuando aparecía la soldadora yo desaparecía lentamente y me ubicaba en un lugar estratégico para seguir mirando, si mi abuela me viera me mandaría a ver tv..."nooo!, ver a mi tata es más entretenido". ¿Qué estará pensando? Siempre trabajaba así, en silencio y yo en silencio intentaba seguir sus pensamientos. Sacó el tarro de pintura. ¡Qué bien! ¡Ahora podré pintar! Siempre en la escalera, un poco oculta con la baranda, cuando hubo baranda, o sino escondiendome atrás de alguna planta , así mi abuela no me veía y no me mandaba adentro para que no molestara.

Mmmm...ya observé mucho, ya seguí sus pensamientos y ví como trabajaba, es hora de preguntar algo: "Tata ¿Y dónde compró la madera?" Si sé, pregunta obvia porque la había comprado en la Barraca que estaba a menos de dos cuadras pero era suficiente para romper el hielo y que él comenzara respondiéndo y luego me contara alguna de sus historias: de cuando era niño y repartía almuerzos, de cuando estudiaba en "Los Talleres de San Vicente", de cuando estaba en el regimiento, cualquiera, no importa, mi Tata sabe contar historias y yo puedo sentir que vivo cada una de ellas. ... Algo faltó, hay que salir a comprar...¡Que me lleve!¡Que me lleve!¡Que me lleve!. Sí, voy con él.

Silencio otra vez, observo su semblante pensativo. Mmmm...¿Qué pensará ahora? Ya sé. conozco esa cara, no es sobre el trabajo, esta recordando algo, sólo debo esperar unos segundo...ahí esta!. Mi Tata comienza otra historia: "Cuando nosotros llegamos aquí...", ¡perfecto! la salida ha sido productiva, tal como lo esperaba. Más tarde, no perdería esa fascinación al oírlo contando sus anécdotas cuando defendía sus ideales sobre los derechos de los trabajadores. Mi abuelo nunca ha sido una persona polémica, pocas veces lo he oído levantar la voz pero es un gran orador, la convicción de sus palabras es su mayor arma.
Han pasado los años pero aún acostumbro a observarlo en silencio. A veces, ni siquiera lo miro de frente, me agrada acostarme en la cama que esta a su lado y poner atención a sus movimientos, a si abre o cierra los ojos, a cuando espía para ver si lo están mirando, a cuando finge dormir porque simplemente ya no quiere conversar, a observar a qué hora suele mirar el reloj: ¿Qué estará pensando?... Siempre me hago esa pregunta, me gusta adivinar el camino de sus pensamientos.

La historia del taller se terminó. A veces, los momentos pasan, pero las cosas, los lugares siguen ahí, haciendo más historia, nuevas historias; esta vez no será asi, el taller se desmanteló, las herramientas han sido repartidas y los momentos, las horas de trabajo de mi Tata y las horas de juego para mí en ese lugar son parte de nuestros recuerdos, atesorados en nuestras mentes y en nuestras emociones, pero el taller ya no tendrá más historias porque se acaba de escribir la última sobre él: Hoy desarmaron el taller..."