lunes, junio 07, 2010

Cicleteando por la Ciudad.

¡Que la bici no es lo mío!
¡Y no! ¡No es placer! ... He dicho.

Claro es que cuando una es así como media lesa-despistada y le encanta... Y además, hace casi diez años que no usa la bici...

Porque entonces no habían ciclovías, pero nada nada, ni siquiera estas medias... No, entera de mulas que hay en algunos sectores de la capital. Simplemente no había, sino que una se metía así como a la Ley de la Selva bien envalentonada sabiendo que se era un animal chiquitico no más. Sobre todo si tienes 20 primaveritas y vives en el sector ponieeeente de Santiago. Pffff, porque entonces no sólo era la batalla con las micros, autos y "eventos" miles que tapizan las calles, porque para qué estamos con cosas, sobre todo en aquellos tiempos andar en las calles de Santiago era lo mismo que hacían mis primos cuando eran chicos y se iban a tirar en los cerros, yo quedaba más tiritona de tanto saltimbanque; y además de eso había que andar ojo al charqui cuidando la retaguardia porque no faltaban los graciosos en auto que pasaban brazo afuera listos para agarrar lo que alcanzaran mientras iban en movimiento, y una quedaba con la dignidad y el cuerpo motereado entre el mal rato y la caída. A eso súmenle los bocinazos, los gritos por andar molestando en mitad de la calle y la micro gigante que se ponía al lado. Noooo.... si no era a campo abierto, andar en bicicleta definitivamente no era un placer sino más bien una prueba directa de estrés y supervivencia.

Pero bueno, el tiempo pasa y una que ya no tiene 20 ni la retaguardia de entonces que cuidar tan celosamente porque la vida sedentaria y las ocho horas diarias sentadas frente al pc no han ayudado a mantener esas curvas tentadoras, sino más bien, han ayudado a otras curvas menos apetecibles... Y además, que con el paso del tiempo y la independencia aparece la necesidad.... ¡Ay! Es que la necesidad siempre tiene cara de hereje y se termina haciendo lo que se dice que ya no se haría (aún hablo de andar en bici, ¿ok?).... La cosa es que resumiendo, para ahorrar unos pesitos mensuales (ahora que ando ahí toda proyectosa por la vida) y para autogenerar endorfinas gratis porque definitivamente las necesitaré para mantener constante el optimismo, el buen ánimo y la creatividad. Lo hice. A regañadientes... me subí a la bicicleta nuevamente.

Lo primero (bueno y casi lo único que hice) fue la ruta al trabajo. Si en el fondo para eso era que la quería. Me fui por el parque, luego tomé la famosa ciclovía y a los dos minutos de pedalear la sensación era absolutamente grata, sin micros, ni autos, ni bocinazos, ni viejos verdes con el brazo extendido por la ventana, ni calles pavimentas de hoyos. Así sí que sí se puede pue, si sólo me faltó empezar a tararear las canciones varias que sonaban en mi cabeza.... lariiiilarilalaaaaa..!!

Lo mejor es que tengo ciclovía practicamente durante todo el trayecto.
Y sí, debo reconocer que la necesidad se transformó inmediatamente en placer.

Ahora bien, como en pedir no hay engaño. Aquí va mi petitorio de nueva ciclista citadina:

1. Señor Alcalde de la Ilustrísima Municipalidad de Providencia ¿Podrías usted no poner la pista ciclística justo, justo, justo donde están los troncos de los árboles? ¡No ve que hay algunos que me tapan las pista completa y se me olvida la canción que tarareaba en mi cabeza! Junto con eso, ¿Será posible que no corte la ciclovía en mitad de la cuadra para continuarla cien metros más allá? No ve que me confundo cuando voy tarareando mis cancioncillas y de pronto, de la nada, aparece un bandejón frente a mis rueditas, entonces no sé si tirarme a la calle con los autos o a la vereda con los peatones. Lo siento peatones... los escogeré a ustedes.

2. Señores residentes varios. ¿Será posible que no utilicen las ciclovías como estacionamiento? Como sea, no se enojen conmigo si derepente me encuentran incrustada en la puerta de su tocomocho porque su vehículo apareció de pronto en el lugar incorrecto ¿Me podrían eso sí llevar al servicio de urgencia que les indique si la cosa fue media grave? ... Es que tengo plan cerrado.

3. Señores padres de familia ¿Podrían enseñarles a su retoños que la ciclovía NO es la cancha para la pichanga? No ve que algunos de nosotros hace años no manejamos la cosa esta de las ruedas y no somos tan diestros cuando los enanos se nos cruzan. ¡Y no sean pajeros! Llévenlos a una cancha de verdad.... un parquecito que sea... mmm... Tacaños de atención con los críos no más.

Por el momento, esas serían mis pricipales peticiones. Por mi parte, me comprometo a implementar paulatinamente a mi nueva partner con todos los elementos de seguridad correspondientes para hacer de mi viaje una instancia grata para todos.

A ver si mañana mismo compro lo que me falta para salir a cicletear tranquila por la ciudad.

2 comentarios:

Blood dijo...

Yo que tú me conformo con pedalear, no pidas nada pues nada se te concederá y más encima, te frustrarás. Suerte.

Saludos sangrientos

Blood

Ale Morena dijo...

BLOOD: Muy probablemente así sea pero si dejamos que el temor a las frustraciones dicte nuestros actos... no habría mucho que hacer en la vida.... Saludos Blood!