"Cuando termine de comer acá, voy por mi mochila y de ahí al bus. Tengo avión a Santiago hoy".
"No te vayas, quédate. Yo vine por cinco días y ya llevo ocho años..."
Y en ese minuto casi instintivamente comencé a tardar más de lo presupuestado en comer mi panqueque de frutas y helado... en ese minuto se detuvo mi propio tiempo y mi cabeza se inyectó una autogeneración de ideas de cómo podría vivir en San Pedro hasta quién sabe cuando....Y entonces... volvió el tiempo real... tragué mi comida, me despedí del dueño de la cafetería con cara de debí quedarme hoy y corrí a buscar mis cosas...
Hoy, estando en Santiago... soy yo quien me pregunto "¿Y cuándo te vas?"
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