Una de las muchas, muchísimas veces que mi Ex-jefecito, donde hacía mi práctica, me propuso que me quedara, y ante mis también muchas negativas, me preguntó: "A usted le interesa la plata", "Mmm...o sea, claro, como a todos" le respondí, "Pero no es primordial ¿Cierto?"; " No... no es lo primordial, por eso sé que no me quedo".
Era mi primera pega y lo que yo buscaba era aprender, estar en un lugar donde sintiera que los caminos se abrirían en muchas direcciones y sabía que ahí no sucedería. Cada vez fue más difícil decir que no, soy demasiado afectiva y los últimos días podía sentir que se me quebraba la voz al decir "Mi decisión sigue siendo la misma".
El temor a lo desconocido siempre está ahí y la sensación de que quizás me equivocaba al rechazar una oportunidad tan tajantemente siempre estuvo latente, pero como dijo mi amigo blogger por ahí "Después de razonar las cosas, en forma "objetiva", es más que recomendable, dejar un espacio en la toma de desiciones al corazón, a la intuición, a la "tincá". Hay fuerzas mágicas y mucha sabiduría flotando por ahí, como mariposas....." Bueno, yo me dejé llevar por esas mariposas.
Recuerdo en otra de las conversaciones con mi Ex-jefecito, el me preguntó "Y usted ¿Dónde se va? Tiene trabajo nuevo? O se quiere ir de vacaciones? Por qué no se queda?" ; "No, me voy porque esto no es lo mío. De aquí no me voy a otro lugar, tampoco de vacaciones, de aquí me voy a nada, a intentar trabajar donde quiero, me voy a buscar pega..." Y como al parecer las mariposas saben hacia donde volar, a las dos semanas de mi titulación y al primer intento de búsqueda, comencé a trabajar donde quería, con harta pega desde el principio, aprendiendo muchísimo, a full de una. Contenta, satisfecha, esperanzada. Claro, no llevo una semana y ya estoy muertaaaa... quiero que pase luego el año para tene
Algunos antecedentes de La Fiesta de la Trilla